4/10/2010

CINISMO Y CRUELDAD


De verdad que me alucina el cinismo humano y la poca vergüenza que tienen algunos. Uno puede ser un psicópata asesino pero aún tener un poco de sentido del decoro. Si yo fuera una sádica sedienta de sangre, intentaría ocultar mis instintos o mis actos atroces, intentaría que mis gustos no se conocieran, mantener la discreción aunque sólo fuera por no complicarme la vida. Los taurinos no sólo torturan y matan o contemplan con placer masturbador a un vándalo cruento, sino que lo pregonan a los cuatro vientos orgullosos de su maldad. Hasta el famoso asesino el carnicero, se reconocía culpable de sus crímenes y bajaba la cabeza cuando le espetaban insultos, porque a pesar del placer irresistible que le producía matar, sabía que había hecho mal. Los taurinos no, los taurinos piensan que su maldad es arte y cultura, se sienten orgullosos de su brutalidad, lo pregonan en foros, televisión y hasta en el parlamento europeo y llegan a tener la desfachatez de insultar con vehemencia a los que nos repugna la muerte de los inocentes.El caso más sangrante, y nunca mejor dicho, es el del presentador del telediario de la uno, Lorenzo Milá. No ha dejado pasar ni la más mínima oportunidad para hacer apología del toreo y minimizar la agonía y el sufrimiento extremo de los animales y todo ello,con los impuestos de todos los españoles ya que no hay que olvidar que trabaja en una televisión pública. Desde luego el que tiene la información tiene el poder. Siempre que ha podido ha sacado "el lado amable del toreo", si es que tiene algo de amable. Cuando a uno de los caballos, víctimas colaterales de esta bendita tradición, le sacaron las tripas, trató la noticia de manera que nadie vio como le salían sus entrañas y que el animal se estaba recuperando satisfactoriamente, total que no era para tanto...Cuando se produce una víctima de ETA nos muestra como las gentes de los cosos se levantan ¡Y HACEN UN MINUTO DE SILENCIO ANTES DE LA CORRIDA!!! Me imagino que cuando acaba el minuto de silencio, se sientan y piensan: "¡Bueno nosotros ya hemos cumplido! ¡Vayamos a lo nuestro! ¿Por dónde íbamos...? ¡Ah sí, ahora toca torturar y matar, pero qué penita por el muerto de ETA! Todo esto lo he visto desde el telediario del señor Milá que imagino intenta hacer ver que los espectadores del linchamiento legal que son las corridas de toros no son tan malos. Han homenajeado a una víctima asesinada con un minuto de silencio y todo...Va a ser que tienen sentimientos, como siempre los antitaurinos exageran.Para los que nos horroriza la muerte y el sufrimiento, es un acto de tal cinismo, de sinvergonzonería, de desfachatez que los terroristas de los animales condenen a otros terroristas que podría dar risa por lo grotesco y surrealista. Para ellos debe haber muertes buenas y muertes malas. Todo se reduce a que un fallecido era humano y el otro era de otra especie y como todo el mundo sabe las otras especies no cuentan.Por cierto, al señor Milá le han dado un premio recientemente por su telediario. Más cinismos: Siempre se nos acusa a los antitaurinos de no sentir la suficiente compasión por el que cae entre los cuernos de los toros y despreciarles a ellos que son humanos, a fin de cuentas, prójimos nuestros...Para empezar, esa es una idea especista, ¿Por qué tengo que tener más en cuenta a los de mi misma especie que a los de otra? Elijo mis consideraciones, amor y respeto libremente a los individuos, humanos o no, que quiero, a los que yo considero que lo merecen, a los que veo que son inocentes y sin maldad como los animales o a las personas de buen corazón. ¿Por qué tengo que sentir cariño por un torturador? ¿Por qué tengo que lamentar la pérdida de un matarife? ¿Sienten ellos pena cuando matan? ¿Entonces por qué tengo que sentir pena yo cuando mueren?Tienen razón cuando dicen que no todas las muertes son iguales. No es igual que un pobre toro secuestrado del campo, forzado a correr los San Fermines, aterrorizado y desorientado mate accidentalmente a un individuo libre, aparentemente (insisto, aparentemente) inteligente, que sabe muy bien lo que hace, que sabe que a ese toro lo van a asesinar y encima, todo por diversión. A fin de cuentas, el único que no tiene ganas de matar es el toro, que es un animal herbivoro que no molesta a nadie si no le molestan a él primero. Cierto, no todas las muertes son iguales. Me quedo con "Capuchino" el toro 106 de la atroz fiesta del San Fermín de 2009, un inocente que murió asesinado. Mucho más prójimo mío que el hombre que corría delante suyo que de inocente no tenía nada.Bien, acusadme de inhumana, de no querer a los de mi especie lo suficiente como para compadecerme por el humano muerto. ¿Pero quién es el cínico aquí? ¿Han detenido la fiesta de San Fermín los amantes de los humanos? ¿Han dejado de reír, emborracharse, de comer a dos carrillos, de correr delante y detrás de los toros porque ha muerto, repito HA MUERTO, uno de los suyos? Si tan humanistas son y tanto han lamentado semejante fallecimiento no veo el luto, la pena, las lágrimas, el dolor por ninguna parte. ¿O será que en el fondo no sólo les da igual sino que le "da más emoción a la cosa"?Tampoco les preocupa el estado de estrés, la angustia, vergüenza y desesperación que producen con su actitud a miles de conciudadanos decentes. Ya que la vida de un bóvido les importa un pimiento, ¿Por qué no sienten compasión por los que sufren sabiendo que existen esos espectáculos? Ya les respondo yo: porque no sienten compasión por nadie, sea humano o no.
Lo dicho, unos cínicos.

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